viernes, 1 de octubre de 2010

Discriminación positiva y educación ¿Una brecha de sesgo? (Versión II)

      La mayoría de los países en vías de desarrollo o industrializados ha implementado una serie de facilidades de acceso a determinados bienes y servicios para grupos sociales minoritarios que hayan sufrido injusticia social, este concepto corresponde a la discriminación positiva. Es  el caso de la beca indígena para la educación superior, que busca eliminar la discriminación negativa y la no participación en la sociedad. Por lo que,  la discriminación positiva da igualdad de condiciones en la educación superior, ya que retira prejuicios sociales que se relacionan con ellos y mejora su calidad de vida.

      En primer lugar, la discriminación positiva mediante sus acciones entrega igualdad de condiciones a grupos que han sido excluidos por razones históricas o políticas en la educación superior. Que se apoya en el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en que todo hombre es igual ante la ley y tiene derecho a su protección. Esto permite disminuir el daño que se les ha provocado en el pasado por procesos político-demográficos, es decir, entregar una forma de justicia retrospectiva.

       En segundo lugar, estos beneficios permitirían generar una mayor representación de grupos socialmente excluidos. Preponderando la construcción de una sociedad multicultural, propia del mundo académico universitario, en que variadas personas intercambian ideas para el desarrollo de visiones multidisciplinarias de las problemáticas que afectan al país y que permiten la obtención de mejores soluciones.

        Sin embargo, algunos analistas políticos han manifestado que este tipo de discriminación conlleva a una segregación tácita, ya que no todas las personas pueden acceder a este beneficio, generando una sensación de inconformidad. Debemos tener presente que existe una selección de candidatos con los antecedentes socio-económicos, para dar un buen uso de los recursos que se disponen. Además que la discriminación positiva en la sociedad se basa en los principios de la justicia social.

         Finalmente, la discriminación positiva da igualdad de condiciones para los alumnos de educación superior, ya que elimina brechas estructurales o sistemáticas en los grupos sociales marginales y entrega alineamientos para el desarrollo de una sociedad más democrática y multicultural. Por lo que se deben buscar nuevos y diversos mecanismos que permitan una real integración y participación en nuestro país, este es el caso de proyectos como el Liceo Índomito de Purén de la región de la Araucanía, cuyo enfoque se basará en el rescate de la tradición y creencias mapuches por medio del estudio socio-cultural multidisciplinario.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Discriminación positiva y educación ¿Una brecha de sesgo?

      La mayoría de los países en vías de desarrollo o industrializados ha implementado una serie de facilidades de acceso a determinados bienes y servicios para grupos sociales minoritarios que hayan sufrido injusticia social, este es el concepto corresponde a la discriminación positiva. Este es el caso de la beca indígena para la educación superior, que busca eliminar la discriminación negativa y la no participación en la sociedad. Por lo cual, se dice que la discriminación positiva da igualdad de condiciones en la educación superior, ya que retira prejuicios sociales que se relacionan con ellos y mejora su calidad de vida.
      En primer lugar, la discriminación positiva mediante sus acciones entrega igualdad de condiciones a grupos que han sido excluidos por razones históricas o políticas en la educación superior. Apoyándose en el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en que todo hombre es igual ante la ley y derecho a su protección. Esto permite disminuir el daño que se les ha provocado en el pasado por procesos político-demográficos, es decir, entregar una forma de justicia retrospectiva a los afectados.
       En segundo lugar, estos beneficios permitirían generar una mayor representación de grupos socialmente excluidos. Preponderando la construcción de una sociedad de multiculturidad, propia del mundo académico universitario, en que variadas personas intercambian ideas para el desarrollo de visiones multidisciplinarias de las problemáticas que afectan al país y que permiten la obtención de mejores soluciones.
        Sin embargo, algunos analistas políticos han manifestado que este tipo de discriminación conlleva a una segregación tácita, ya que no todas las personas pueden acceder a este beneficio, generando una sensación de inconformidad. Debemos tener presente que existe una selección de candidatos con los antecedentes socio-económicos, para dar un buen uso de los recursos que se disponen. Además que la discriminación positiva en la sociedad se basa en los principios de la justicia social.
         Finalmente, la discriminación positiva da igualdad de condiciones para los alumnos de educación superior, ya que elimina brechas estructurales o sistemáticas en los grupos sociales marginales y entrega alineamientos para el desarrollo de una sociedad más democrática y multicultural. Por lo que se debe buscar nuevos y diversos mecanismos que permitan una real integración y participación en nuestro país, este es el caso de proyectos como el Liceo Índomito de Purén cuyo enfoque será multicultural mapuche.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Crisis energética y riesgos de la energía nuclear

        Durante las últimas dos décadas del siglo XX e inicios del XXI el mundo contemporáneo ha debido enfrentar una crisis energética de la cual Chile no ha estado ajeno. Esto ha llevado al desarrollo de nuevas alternativas que logren satisfacer las necesidades energéticas y productivas del país. Entre los posibles polos de diversificación se encuentra la energía nuclear, la que ha provocado un cuestionamiento de los planes de desarrollo que debe emprender el gobierno de turno sobre políticas de abastecimiento energético. Por lo cual, puede sostenerse que la implementación de la energía nuclear en Chile significa un retroceso, ya que nuestro país carece de los recursos humanos necesarios para el manejo de este tipo de tecnologías.
        En primer lugar, la energía nuclear tiene una relación costo-beneficio no favorable para Chile; porque no se encuentran yacimientos de uranio, habría que importarlo desde otros países y volver nuevamente a la dependencia energética por uranio enriquecido. También debemos tener en cuenta que el precio del mineral se ha incrementado desde el año 2000 en un 700% según el Resource Capital Research.
         Por otra parte, Chile en calidad de un país sísmico tendría que invertir en altos estándares de seguridad que poseen otros países como Japón, aumentando los costos de producción de energía eléctrica. Además, el desarrollo de esta tecnología conlleva el manejo y tratamiento de desechos nucleares. Caracterizados por ser causantes de múltiples enfermedades en el ser humano y estragos en el medio ambiente.
         Por otro lado, se debe considerar que la implementación de otras energías, como la solar o eólica, implica un gasto bastante considerable en virtud de las condiciones climáticas y geográficas de Chile. Además, estas energías conocidas como renovables se encuentran recién una fase de experimentación, lo cual hace inviable su puesta en marcha. Sin embargo, hay que tener presente que países como Francia y Alemania se abastecen su matriz energética con centrales eólicas, lo cual demuestra que la fase de estudio ya ha finalizado, pasando a una etapa de implementación en los países para su desarrollo. También, se debe identificar que a largo plazo las energías renovables son la mejor opción, debido, a que la energía nuclear resulta onerosa tanto en su implementación como en la eliminación de desechos que produce.
        Según los antecedentes presentados, se concluye que no se debe implementar un plan estratégico para el desarrollo de energía nuclear. Debe buscarse un plan integral de políticas energéticas diverso, optimizando las características geomorfológicas de nuestro país y apoyando nuevos proyectos tecnológicos como parques eólicos en las regiones australes. Teniendo presente un equilibrio entre el uso racional de los recursos naturales y crecimiento económico.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Crisis energética y riesgos de la energía nuclear

            Durante las últimas dos décadas del siglo XX e inicios del XXI el mundo contemporáneo ha debido enfrentar una crisis energética de la cual Chile no ha estado ajeno. Esto ha llevado al desarrollo de nuevas alternativas que logren satisfacer las necesidades energéticas y productivas del país. Entre los posibles polos de diversificación se encuentra la energía nuclear, la que ha provocado un cuestionamiento de los planes de desarrollo que debe emprender el gobierno de turno sobre políticas de abastecimiento energético. Por lo cual puede sostenerse que la implementación de la energía nuclear en Chile significa un retroceso, ya que nuestro país carece de los recursos humanos necesarios para el manejo de este tipo de tecnologías.
             En primer lugar, la energía nuclear tiene una relación costo-beneficio no favorable para Chile; porque no se encuentran yacimientos de uranio, habría que importarlo desde otros países y volver nuevamente a la dependencia energética por uranio enriquecido. También debemos tener en cuenta que el precio del mineral se ha incrementado desde el año 2000 en un 700% según el Resource Capital Research.
               Por otra parte, los peligros que se presentan en el desarrollo de la energía nuclear, debido a que Chile es un país sísmico, tendría que invertir en altos estándares de calidad que poseen otros países como Japón. El desarrollo de esta tecnología conlleva el manejo y tratamiento de desechos nucleares resultantes de los procesos de fisión nuclear, que se caracterizan por ser emisores de radiaciones ionizantes de larga vida media, causantes de múltiples enfermedades en el ser humano y estragos en el medio ambiente. En el último tiempo, se han logrado modelos sustentables en países como Francia, Japón y España (Este último produce el 20% de la matriz eléctrica desde centrales nucleares).
                 Sin embargo, hay que tener presente que el costo, según el Reporte mundial de Energías Renovables (REN21) y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, de 1 kWh/hora en este tipo de energía tiene un costo entre 6 y 8 centavos de dólar, frente al precio de producción de 4 a 7 centavos por kWh/hora de la energía eólica y geotérmica o los 4 a 6 centavos de la energía solar. Generando grandes implicancias en la economía local y costo de vida de la población general.
                  Según los antecedentes presentados, se concluye que no se debe implementar un plan estratégico para el desarrollo de energía nuclear. Debe buscarse un plan integral de políticas energéticas diverso, optimizando las características geomorfológicas de nuestro país y apoyando nuevos proyectos tecnológicos como parques eólicos en las regiones australes. Teniendo presente un equilibrio entre el uso racional de los recursos naturales y crecimiento económico.